La noche de los cristales rotos

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LA NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS

La noche de los cristales rotos

La Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht en alemán) es quizás uno de los momentos históricos más importantes en la etapa previa a la Segunda Guerra Mundial. Significó una muestra de poder del Partido Nazi en Alemania y de sus fuerzas de asalto o brazo armado del partido: las llamadas SA. 

En este hecho histórico ya el Partido Nazi demostró al mundo dos elementos importantes que iban a permitir desembocar en el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Por un lado, demostró sus intenciones de acabar con la población judía en Europa. Y por otro lado mostró su poder intimidatorio incluso con las propias autoridades alemanas que hicieron la vista gorda ante los graves hechos ocurridos en la llamada noche de los cristales rotos. 

¿Qué fue la noche de los cristales rotos?

La llamada noche de los cristales rotos ocurrió durante la noche y la madrugada del 9 al 10 de noviembre de 1938 en toda Alemania y algunas poblaciones de Austria. Fue el linchamiento de población judía y destrucción de sinagogas, casas y negocios propiedad de judíos por parte de las tropas de asalto nazis: las SA con la ayuda de otras organizaciones creadas por los nazis.

Si la iniciativa surgió de las SA se unieron también elementos de las SS, las SD y la Gestapo. También se unieron miembros de las Juventudes Hitlerianas, parte de la policía e incluso población civil alentada al linchamiento de aquellos a los que consideraban los causantes de todos los males de Alemania: los judíos. 

En sí significó un verdadero pogromo, uno de los mayores de la historia y a pesar de casi cien víctimas mortales en una sola noche lo más grave fue el fortalecimiento del partido nazi y de su política violenta. También fue una simple antesala de lo que después se convertiría en la Solución Final que supuso el exterminio de millones de judíos en toda Europa. 

Resultado de la noche de los cristales rotos

Las consecuencias fueron graves y devastadoras para la población judía y para las libertades y democracia en Alemania. Esa noche fueron asesinados entre 100 y 200 ciudadanos judíos y cerca de 30.000 fueron detenidos y deportados a campos de concentración. Casi mil sinagogas ardieron esa noche en toda la geografía alemana y austríaca y se calcula que unas 7000 tiendas propiedad de ciudadanos judíos fueron atacadas y destruidas.

Y aún así esto no fue lo más grave, ya que los hechos de la noche de los cristales rotos no fue algo aislado y puntual sino el comienzo de una represión aún mayor. La persecución de la población judía fue constante a partir de esa noche en toda Alemania, Austria y aquellos territorios que la Alemania Nazi fue conquistando posteriormente. 

La noche de los cristales rotos fue sólo la punta del iceberg de toda una política de política antisemita que llevó al Holocausto y la política nazi denominada “Solución Final” que consistió en el asesinato de más de 6 millones de judíos en toda Europa en los distintos campos de concentración y campos de exterminios repartidos en varios países (Alemania y Polonia principalmente). 

Antecedentes de la noche de los cristales rotos

Desde antes de subir al poder el partido Nazi ya había puesto el foco en la población judía en Alemania. Curiosamente la población de origen judía en Alemania no suponía ni el 1% de la población total del país. Se calcula que algo más de medio millón de judíos vivían en Alemania en la década de 1920. Era una población perfectamente integrada en la economía y política del país, muchos de ellos habían luchado en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial y habían servido a su país como cualquier otro ciudadano de origen germánico. 

Aún así la propaganda del partido Nazi, dirigida por Joseph Goebbels consideró a los judíos los causantes de la derrota de Alemania en esa primera contienda mundial. 

Propagandísticamente el hecho de señalar a un enemigo común permitió al Partido Nazi fortalecerse y unir a muchos alemanes a su causa y su ideología de odio. Es una práctica habitual de todo tipo de ideologías totalitarias el hecho de culpar a otros de todos los males del país como forma de dar a la población una solución fácil que les exculpara de sus propios errores. 

Esto ya dio lugar a otros pogromos mas locales en Berlín y otros municipios en la década de los años 20. 

Hitler y las leyes antijudías

Con el nombramiento de Hitler como canciller de Alemania el 30 de noviembre de 1933 y su llegada al poder tras el incendio del Reichstag supuso el fortalecimiento total de esta política antisemita. Ya antes de esa fecha el propio Hitler había propuesto un boicot a los comercios y empresas de judíos en abril de 1933 que llevado a cabo por las propias SA. 

La llegada de Hitler al poder supuso la aprobación de distintas leyes contra los judíos. El objetivo era expulsarlos de todas las esferas de poder y reducir sus libertades económicas y de movimiento. 

Con la Ley para la Restauración de la Función Pública se impedía a los judíos trabajar par las administraciones públicas. Dos años más tardes las Leyes de Nuremberg ya definían más claramente quien debía considerarse judío (antecedentes, pureza de sangre aria, etc.) y prohibía la unión matrimonial o relación sexual entre un judío y un ciudadano de sangre alemana. También se negaba el derecho de voto a los judíos y su exclusión del sistema educativo y de otras profesiones sensibles que debían ser desarrollados por “ciudadanos alemanes de pura raza”. 

Estas prohibiciones fueron ampliándose progresivamente, todo ello con una única finalidad: conseguir que los judíos abandonaran Alemania voluntariamente y poder confiscar todas sus empresas y pertenencias. 

Consecuencias de la noche de los cristales rotos

Las consecuencias de los hechos ocurridos en la noche de los cristales rotos fueron variadas, pero se pueden resumir en: 

  • Progresivo abandono de Alemania por parte de la población judía. La población judía mayoritariamente entendió que no tendrían mucho futuro en la Alemania de Hitler y optaron por intentar exiliarse y huir del país a toda costa. 
  • Fortalecimiento del partido Nazi y de sus grupos paramilitares. La demostración de poder violento y coercitivo de las SA y de otras organizaciones nazis como las SS o las Juventudes Hitlerianas consiguió un aumento de la población dispuesta a unirse a ellos. Esto unido a esa “aureola” de defensores de Alemania le aporto a Hitler y a sus organizaciones paramilitares una imagen casi “mesiánica” y salvadora del país que sirvió para llevarle a la victoria clara y contundente en las urnas. 
  • Justificación del Holocausto posterior. La aceptación de la masacre judía por parte de la población alemana y de las autoridades del país sirvieron de justificación de medias posteriores más graves y violentas como fueron el Holocausto y la llamada Solución Final. 
  • Sensación de impunidad del partido Nazi. La tibia reacción de los gobiernos de otros países y de las propias autoridades alemanas potenció la sensación de total impunidad de las políticas raciales de los nazis. Esto provocó que su estrategia fuera escalando en violencia y atrevimiento y violación de los derechos humanos.